Buzzhowl Volume 1

Buzzhowl Records aparece de la nada y se corona nada más y nada menos que con una compilación, hito que también comparte protagonismo con este blog, ya que si alguna vez tenía que ser la primera, qué mejor que reseñar los 10 temas con los que se presenta el sello inglés, descargando primeramente Gravves su rabia con 'Power Bomb Baby', un tema que sintoniza con el mismísimo diablo a través de un garage instrumental y vocales punk, que derivan en noise pluriempleado en sus puntos álgidos, buscando la lírica una compresión abnegada en esto del amor, blandiendo la espada del metal sobre si mismos para acabar con todo, alfombra roja aprovechada por unos Bo Gritz ya conocidos por estos lares gracias a su EP "Tape", haciendo buena aquella lógica que decía que 'Mother' nos iba a servir industrialidad hardcore, necesitando aquí de un buen digestivo para sobrellevar la oscuridad de la que se ha teñido el cielo rojizo, volviendo a sacar a relucir ese conjunto que aglutina en el mismo saco a METZShow Me The Body, lo que les convierte en un arma letal de doble filo, impregnando las cuerdas el espectro sonoro de sangre y vísceras con las que indican que no existe escapatoria ninguna, dejando  H E X y su 'Collider' lo de apiadarse de alguien para la próxima.

Prayer Group cubren su verdadero rostro liándose la manta a la cabeza mientras rezan a los santos de 'Heat (FJH)', convirtiéndose todos al new wave entrado en post-rock como forma de glorificar la industrialidad, dejando que algo de drone agite su existencia antes de elevarse a los cielos de Mike Oldfield, tomándose su tiempo unas manillas relojeras que vibran con el apocalipsis ambiental montado por el de Reading, estallando de júbilo al interactuar con su ritmo predecesor y rematar así la jugada antes de que el 'Punching Bag' de Thank brille con luz propia en lo que es la aproximación más clara hacia Girl Band y el universo retorcido de los de Dublín, manteniendo su sucio juego en tensión hasta que los vocales se dirigen por la calle de la amargura, seduciendo con un punk tóxico que desencadena en un desmembramiento en cadena por obra y gracia de la maquinaria pesada sacada de la misma fábrica de tortura que el 'Reset' de Dead Tenants, los cuales la llevan consigo a todas partes, engrasándola con un fuzz que escala por las alturas frecuenciales hasta que se sumerge en un fango donde el noise es el patrón que comanda la descarga emocional del trío de Brooklyn.

Typical Hunks presenta 'Rust' partiendo de la premisa del post-punk, que se la suda de sobremanera a la guitarra, la cual provoca una disfunción erectil a los puritanos, que ven como el rock de los 70's se encara al principio de los 80's, perdiendo el norte paulatinamente al tiempo que el estilismo gana enteros frente al atrezzo elegido, saliendo los vocales por la puerta de atrás antes de que les pille el toro de Die! Die! Die! a través de 'Bite My Lip', paranoia estilo Palberta que se alarga en el tiempo mientras se llena de microsonidos sacados de los mismísimos Animal Collective, parándolos en seco para dedicarse a un garage salido del desmadre alucinógeno, entonando el título como estribillo al tiempo que las voces de sus cantantes se van pasando el micrófono, dando oxígeno así al 'Hello Bits' de DOG, los cuales pasan el rasero del deathcore menenado el álbum en el momento álgido de la noche, destrozándolo con la maquinaria engrasada de Don't Try, presentando su single debut 'I'm So Wry', entrando con una vena post-punk a la que se ve acelerada por entrar al trapo del hardcore y el punk, haciendo temblar las paredes a través de un bajo que parece poner algo de calma, fabricando un tema a lo Cloud Nothings, creciendo en intensidad hasta que ella misma explota trayendo a los de Ontario de nuevo a nuestros oídos, teniendo que parpadear doblemente ante el apogeo de luz extraterrestre que dejan en un final cuya pedalería es tocada desde el suelo y con las manos.