Tras una serie de EPs y 7" que le ha valido a Drahla para ganarse el respeto de Captured Tracks, el trío +1 de Leeds debuta en largo con "Useless Coordinates", empezando 'Gilded Cloud' con una calma de post-punk subersivo que va presentándose al personal por capas, con unos riffs invasivos que son el clamor popular de Control Top, desatando con ello el hilo de tensión constante, mostrándose cortantes mientras Luciel va con el cuchillo entre los dientes, limitando un sentimentalismo que atropella los alrededores de su lóbulo frontal, de ahí que su impulsividad se vea enajenada al llegarle su turno a 'Serenity', suma de garage y post-punk intrusivos, capaces de dañar las neuronas con esa necesidad suya de explorar todos los rincones mientras van encriptando el mensaje de su lírica con un fuzz que se ve engrandecido al fusionarse con ese +1 del que antes hablaba, es decir, el saxofón de Chris Duffin, reverberando hasta llegar al subconsciente de 'Pyramid Estate', utilizando a este último como mecanismo de defensa, consiguiendo un jazz experimental que juega con la locura y la razón, igualito que si se trataran de Dr. Jekyll y Mr. Hyde.
'Stimulus For Living' es lo que necesita la banda para sobrevivir a si mismos, de ahí esa convergencia en una oscuridad post-punkiana que zarpa mientras dejando de lado los 50's más bailables, alterando con ello también su inconformismo con seguir ciertas normas (establecidas), de ahí esa ayuda extra en forma de inusualidades que les hagan pasar por diferentes fases de excitación sonora, de lo que sabe mucho 'React/Revolt', ya que su enajenación instrumental sin prejuicios se centra en mostrar su infatigable creatividad a lomos de un saxofón que parece multiplicarse por cuatro, azuzando para conseguir que el mal se amplifique y afecte a todos por igual, lo que provoca un brote de sangre por la boca de la cantante cuando ello se produce, potenciándose el efecto con los riffs de dibujos animados de 'Primitive Rhythm', entrada a un jardín de flores muertas que no van a volver a brotar, tampoco en 'Serotonin Level', cuya concatenación violenta les hace recobrar su seña de identidad.
La muerte sonora acecha las espaldas de 'Twelve Divisions Of The Day', por lo que ellos intentan garagearse un futuro al tiempo que escapan de ello, trayendo la tranquilidad unos vocales que se ven surcando por un mar de dudas abrasivas que se abren paso mientras encierran sus miedos en la habitación del pánico, echando la llave por el retrete de 'Unwound', dejando de lado la saturación agobiativa a merced de un viento curativo que visualiza los primeros rayos de luz de la banda, aunque con la sensación de poder ser los últimos, como así manifiesta 'Invisible Sex', cuyo telón de fondo es un homenaje a Big Ups a base de riffs secuenciales que evitan su desconexión en cascada incorporando una estridencia que, a falta de una explosividad contundente, se ve realzada por el dream-pop en modo incógnito de DIIV que a su vez, se cae por su propia depresión, haciendo entrar en razón a la locura.
📷 Titouan Massé