Marnix Visscher lleva la voz cantante del grupo con base entre Zwolle y Groningen, donde a la guitarra le acompaña Héctor García, de los García de The Parrots, que se nutren de lo que viene siendo su hermano y cantante Diego, defenestado todavía más el cuarteto con Sjors Schaap haciéndose cargo del bajo y Jesper Vos de la batería, para poder tener así su EP debut denominado "Oh So Happy".
La mandanga empieza con 'Trouble In Paradise', donde sus compatriotas Iguana Death Cult parecen inmiscuirse a través del rockabilly alucinógeno y lo-fieado que los samplea, incluso la faceta microfonal se ve afectada por ello, corroyendo unas cuerdas (las de la guitarra) a otras (las vocales), autoinvitándose a la fiesta un fuzz carismático que asola las sierras mecanizadas con las que el bajo intenta sobonar al stoner rock para imponerse sobre el garage en torno al cual gira la figura de Marnix.
'Junkie Fever' deja que el ritmo descanse sobre un country caótico que se rejuvenece fantasmalmente cual loro madrileño en el estribillo, dejando que todo lo que tenga que ver con el rock invada el espectro sonoro para ondear las caderas en la nocturnidad cual fiebre válida para cualquier día de la semana, inclusive el sábado, dejando para última hora que los Spring King traigan el calor del amanecer del sur(f) de California.
'Sunny State' cierra su incursión vestida también de corto, soportando el calor a ritmo de balada de aguas calmadas que transporta una pena corrosiva que se adhiere al post-desfase en modo Fat White Family, pero con las rasgaduras de la vida ya cosidas para en vez de estallar quedarse aletargados cual Jake Bugg filtrado al que se le aparece la virgen como si de un creyente que se despide de la crudeza se tratara.