Toyota

Toyota es una banda poco dada a convencionalismos tales como mostrarse en público (a excepción de sus conciertos) y dar más información sobre ellos que la necesaria, de ahí que el cuarteto de San Francisco apueste todo a su música, y lo haga desde el 2015 bajo la batuta de Discontinuous Innovation Inc., momento en que vió la luz "Concept Model(s) I-V", un conjunto de 5 temas editado en cassette en el que los títulos de las canciones están escritos en braile, y donde su espíritu desordenado, se compincha con ese afán suyo por juntarlo con un desbarajuste ácido de las cuerdas, lo que trae a la mente a Beekeepers, ayudando los vocales lo-fi, los cuales aumentan el efecto psicótico mostrado por la instrumentación, gracias a una retahíla de textos que parecen inacabados, aunque la realidad de sus prisas por llegar a buen puerto lo desdice, lo que hace que a veces uno olvide que Big Ups y su oscuridad también se encuentren entre sus parecidos razonables.

La experiencia de grabar todo en una toma llega hasta "RAPIDPROTOTYPE", álbum que copia el modus operandi de su antecesor, aquí con un punto más irreverente si uno juzga ambas grabaciones, dando lugar así a gamberradas garageras experimentales que juegan con sonidos sintéticos de láseres que paralizan el tempo de las canciones, atrevesando con su locura cordal venida de dos guitarras y un bajo, los límites de una batería que osa ponerse a su altura y no morir en el intento, manteniendo en bucle el sentido espacial en el flexi "Polyvinyl Chloride Sonosheet Containing Classified Data", el cual les da un rollito fantasmal y brujeril a lo ILL que parece llenarse de gatos  aka riffs de cuerda, en el single 'Unprocessed material (Metal)', donde también hay espacio para la recolección de monedas de un Sonic en racha que escapa de los malos, dejando también espacio para la diversión en el split a medias con Violence Creeps, donde 'Come With Me If You Want To Eat' ejecuta su última aparición pública sobre la cara B de un tema que también parece centrado en los videojuegos, añadiendo una flipada instrumental que afecte a ciertas bromas de mal gusto de la lírica, ejecutando un juego vocal con delay a dos micrófonos, que en realidad es la cabeza pensante de uno mismo con su propio reflejo, volviéndose por ello la cosa bastante tétrica, sobre todo cuando ambos pierden la cabeza y todo se convierte en un sinsentido.




📷 Sean Robles