Beige Palace - Leg

El debut en largo de Beige Palace, "Leg", via Buzzhowl Records, muestra la magnificencia de los de Leeds, donde Ant, Kelly y Freddy, vuelven a hacer de las suyas, experimentalmente hablando, tras dejar atrás la elocuencia en su EP debut, "Gravel Time", llenando 'Mum, Tell Him' dicho vacío con una monotonía organística que es una llamada a los fieles, distorsionando su contenido de tal forma, que el cambio sea suficiente para traer una barbarie compuesta de fuzz y garage que los embauque y haga estallar por los aires, como así le sucede a un Freddy que pone toda su explosividad al servicio del micrófono, con ayuda eso sí, de una Kelly que da en el punto clave que se siga haciendo justicia, lo que les vale a todos para caer en la anarquía estruja cerebros instrumental de 'Dr. Thingy', cuyos protagonistas, a capella, modelan este hecho de forma que su lírica paralelísitca tenga momentos de conjunción, los cuales acaban como el rosario de la aurora, o sea, cayendo toda la decadencia en un grunge que firmarían hasta YAK.

'Laughing With Friend, Washing Our Hand' es un interludio de momentos graciosos en déjà vu, hasta que un speech violado por un corto de CCTV lo voltea en un terror de magnitudes fatales, mostrando por ello 'Candy Pink Sparkle' una serenidad funeraria, que se resigna a través de una pena llena de remordimientos que los vocales litúrgicos no se contienen en guardar, pareciendo desprenderse su rabia con ramalazos provenientes de Joe Galarraga (BIG UPS), con una melodía hecha a propósito para su autodestrucción, que deriva en 'Illegal Backflip' en un acto de heroicidad que recae en las cuerdas vocales de Kelly, agasajando los de Nueva York los primeros riffs con un tribalismo codiciado por el antítesis de Palberta, inculcando un tempo limitado que busca el momento exacto para quitarse la máscara y ponerle un punto de voluntad más, de tal modo que se relance el tema en dirección a un garage ocasional del que se apropia el críptico mensaje de 'Aggregate', inflexión que lleva la profesión por dentro.

'Ketchup Dirt' vierte su contenido sobre un punk de barrio enajenado en una rebeldía incesante, cuyo reflujo stoner revoca las vivencias de su EP, lo que les hace contactar con un más allá que se encuentra fuera de su cascarón, animándose a realizar algo de vudú, sin medir que sus consecuencias acarrean una nube de polvo sintético y cordal tras la que se aparece delante de ellos el mismísimo Demogorgon, no sobreviviendo a su atauqe más que para poder entonar 'Dinner Practice', el cual sigue con la mirada puesta en los de Nueva York, combinándolo con un dolor violinístico que acerca una arritmia estilística que tiene un pie en la tumba, cavada esta por ellos mismos para su dulce muerte, ante la que se descubren con una resurrecciónefeverscente de tintes arrogantes que los ponen de nuevo en el camino de la lucha.