El post-punk de Kommissars vuelve a brillar gracias a sus dos lanzamientos de 2018, los singles condensado en "Something Pale" y su segundo EP, "II", tras su debut homónimo en 2017, volviendo por los mismo derroteros de sus comienzos, es decir, asustando con la oscuridad del estilo que reventó la escena a finales de los 70's y principios de los 80's, aunque 'Anomie', se ha quitado las telarañas del purismo que rodea al estilo y lo confronta con el noise de VICTIME y de METZ, provocando estragos en una 'Television' que directamente se agencia la maestría de Charlie Steen (shame) para los vocales, jugando con un garage que le abre la puerta solamente al ruido más clandestino, viéndose el resto vetados hasta que la experimentación de 'Bodies' les da ese halo de esperanza a través de la discordia generada por las cuerdas, las cuales parecen haberse con el control también de 'Expat', aunque aquí no es negociable por la vuelta a sus orígenes, agitando aquí el punk a punta de pistola sobre la cabeza de todos sus miembros, las cuales siguen con dicho movimiento hasta que en 'Empathy' asoma la patita de eso que ellos han denominado deathrock, y que plantea un infierno que entre los vivos es muy celebrado.
El nuevo material comercia con el reguero de sangre que ha dejado su antecesor, aunque 'Something' se despeja de la sombra de Preoccupations al intimidar al tema con la rabia más propia de Bad Breeding, dándole una velocidad al tema tal, que irremediablemente se gana la etiqueta de inmoral, esa con la que pretendían azotar a los que ya se habían acostumbrado a su sonido, haciendo que 'Pale' saque el corderito que llevan dentro, y aunque su piel de lobo sigue intacta, D. Quail se decide por alzar la voz y homenajear a sus compatriotas de Calgary.
📷 Julia Brousseau