SLIFT vuelven a poner todo patas arriba en su álbum debut, "La Planète Inexplorée", via Six Tonnes De Chair Records y Hownlin' Banana Records, el cual supone una continuación a su EP debut, "Space Is The Key", donde daban rienda suelta a una psicodelia, que 'Heavy Road' se encarga de poner en su sitio, al elevarla a la misma altura vocal que el sinvergüenza de Jeroen (Iguana Death Cult), entrando aquí también la actitud de los Ex-Cult a la hora de fuzzializar su sonido, cuya carga eléctrica, genera una crudeza e onda expansiva que se traduce en Ty Segall, The Muggers y Oh Sees, aunque esta muestra sale a flote tras cocerse a fuego lento, y es que la consigna madre de Jean, Rèmi y Canek, es la de meterse en un entramado sonoro del que hasta ellos mismos deben controlarse para que el bucle no sea infinito, de ahí que 'Something In The Mist' no esconda esa parte jazzística tan de inicio de King Gizzard & The Jesus Lizard, eso sí, dejando espacio para que la experimentación vocal se anteponga al atropello instrumental, donde post- y math-rock distorsionan la carrera encaminada de unos Spring King que finalmente se hacen a un lado cuando las cuerdas, aquí y en 'Doppler Ganger', se ponen gallitas, aunque en esta última también por causas vocales que atañen a Beekeepers, así como una dureza añeja que se personifica en nombre de The Glücks, con un paraje orgánico a sus espaldas que sube al cielo para descender mientras transmite su rabia al subconsciente.
Lo policromático de lo vivido hasta ahora tiene su punto álgido en 'Ant Skull', con un rollo hawaiano que invita a tomarse la vida de una forma cálida, pero, que concociendo al trío de Toulouse, uno sabe a ciencia cierta, que en cualquier momento van a caer sus típicas perturbaciones, esas mismas que transmiten en los cuentos quienes se encargan de meterle el miedo a los niños, aunque para sorpresa, escasean hasta el punto de ser una espontaneidad latina la que infesta el estudio de una instrumentación carnavalesca sacada directamente de las calles Rio de Janeiro, dejando su impronta con una ración de psicodelia que espanta hasta el más ecléctico gracias a esos gritos de escapatoria que maman de las altas frecuencias, las mismas del pop sentimentalista de 'Fearless Eye', que se ancla en los 60's, pero a sabiendas de que va a recibir su lección de humildad psicodélica, saliendo esta mal parada por el estilismo asiático y peruano, cuyo veneno no se derrumba ante los riffs de grandeza, pero que si cede a las voces de ultratumba.
'Trapezohedron' deja 'descansar' las voces en detrimento del vacile hecho mixtura de estilos que salen de un jazz en erupción, el cual no se despega ni un milímetro de su camino, no así el resto, ya que cada cual saca a relucir sus mejores galas pero dentro de los estándares que rigen una jam session en condiciones, dejando entrever un loop de entrada cuya salida solo se divisa al llegar al interludio que supone '...', cuyos efectos cromáticos colaterales depuran la efeverscencia de su ser, con una niebla a su alrededor de la que la pieza que da nombre al álbum, se desprende con una introducción más propia de CSI, desapareciendo también para meterse en un universo animalístico que no se olvida de sus raíces latinoamericanas, contraposición a lo que supone 'Silent Giant', una herejía a The Black Keys y su 'Lonely Boy' en toda regla, debido a su adhesión con unas malas influencias de tal magnitud, capaces hasta de manchar su sonido del 'Thunderstruck' de AC/DC, olvidándose de ello al regurgitar hacia el exterior un noise que da el do de pecho final a su obra.