Sweeping Promises - Hunger For A Way Out

La misma gente que forma Mini Dresses y Dee-Parts, Lira Mondal como vocalista y bajista, el guitarrista Caufield Schnug y el batería Luke Brandfon, se reinventan este 2020 con Sweeping Promises, dejando de lado el pop soñador de los primeros y el minimalismo de los segundos, para entrar su álbum debut, "Hunger For A Way Out", via Feel It Records, en un plano donde la modestia es algo que ahora no les falta, plantado la semilla de su alteración post-punkiana el tema que da nombre al álbum, en un acto de celebración que derrocha momentos sintéticos pertenecientes a NOTS y los mete en una máquina del tiempo recelosa de la actualidad a la que 'Cross Me Out' calma al llevar el pop a la extenuación del punk cuando sus 'aha', en formato más HAIM hormonado que Jehnny Beth, se repiten hasta la saciedad, lo que, junto a la instrumentación, hace que entren en el terreno brujeríl de ILL, con su versión setentera de manual no permitiendo que el caballo de la psicodelia o el garage se desboquen, a pesar de los constantes punteos y riffs de las cuerdas por despuntar en este sentido, aunque ni con L I T H I C S pueden derribar ese muro.

'Blue' es la alienación estilística llevada al extremo, con el pop vocal volviendo a lidiar con una oscuridad interna que, aunque de cara a la galería va despejando sus nubarrones, la industrialidad mecánica que contiene, da para que de un momento a otro salte por los aires, algo que acaba haciendo el dream-pop homenajeado de Best Coast, donde los engranajes de 'Out Again' siguen explayando los registros de la banda, sacándose ahora una new wave bastante correosa que recibe para calmarse los coros, balsa de aceite para que la rueda sci-fi, en formato lo-fi, comience a girar hacia unos 80's que son la delicia de 'Safe Now', momento influencers de hoy en día que no dejan de traer el pasado a nuestros días, ahora reinventándose con la aparición en el subconsciente de Iggy Pop, dándoselas ahora la cantante de protagonista total, mientras balancea al personal hacia donde ella quiere incluso al tirar de un efecto recurrente como el wah-wah, válido para llegar a polinizar los bajos fondos de Boston antes de que 'Falling Forward' nos dirija a Calgary, y más concretamente a Preoccupations, lo que vicia el aire expirado por la cantante, que decide tomar la actitud de las Spoon Benders.

'Upright' observa por donde le vienen los vientos antes de apretar el gatillo, decidiendo volver al micrófono a sus orígenes, aunque ahora a este le rodea una fantasía exaltada por lo espacial y lo desconocido, entrando las cuerdas en un bucle psicodélico que atrapa a 'Atelier', la cual en vez de poner algún tipo de resistencia, colabora con una profundidad tensionada por el bajo, al que el resto de la instrumentación intenta quitarle presión, algo que entiende de la misma manera 'An Appetite', aportando una efervescencia calculada y ejecutada al milímetro, capaz de ensalzar la crudeza que podría tener su sonido si se mudan al Bronx, algo de lo que 'Trust' no quiere ni oír, de ahí su vuelta primitiva al inicio del disco, cerrando un círculo que debería haber sido abierto mucho antes.


📷. Omari